martes, 31 de julio de 2007

Pobladores de Formosa Oeste.

En Europa la GM I llegaba a su fin. La firma del Tratado de Versailles daba paso a la ansiada paz y la reconstrucción de las ciudades destruidas, los campos devastados, las industrias diezmadas...
En la República Argentina, las tropas militares que culminaban la campaña del Chaco, iniciaban lentamente el retorno a sus cuarteles, dejando pequeñas guarniciones, algunas de las cuales devendrían en pequeños núcleos urbanos y finalmente avanzadas de desarrollo "a pulmón".

Los "criollos" nunca esperaron subsidios o prebendas ni otro aliciente de las autoridades. El esfuerzo y la decisión de vivir, fueron los propulsores de su desarrollo que, aunque algunos formoseños quizás ignoren, contribuyeron sustantivamente a posicionar -en algún momento- el Territorio Nacional de Formosa como 3er productor ganadero del país.

En la fotografía vemos un joven y novel productor ganadero a pocos años de dejar la milicia. Allí fortaleció el espíritu de trabajo aprendido en el hogar, fuente de su cultura y tradición, hoy en retroceso. También sufrieron, desde los primeros años de su arribo al Oeste de Formosa, la ausencia de escuelas, tema sobre el cual publicaremos una breve narración sobre los primeros maestros en el Oeste Formoseño.

Los "criollos", a través de los años, primero en sacrificados arreos de ganado en pié y después en trenes "hacienderos" del Ferrocarril Belgrano, trasladaron miles de cabezas de ganado vacunos a Salta, jujuy y Tucumán.

Creemos oportuno solicitar a los circunstanciales lectores, que en caso de disponer documentos, relatos u otra referencia sobre el tema, tome contacto al correo antareska92@yahoo.com.ar.


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viernes, 27 de julio de 2007

PIONEROS DEL OESTE FORMOSEÑO




Muerte en Nuevo Pilcomayo (11 de junio de 1911)

En los últimos años del Siglo XIX, por el Oeste de la Provincia de Formosa, se registra el “ingreso espontáneo” de hacendados salteños y santiagueños iniciando el poblamiento de esta parte del territorio argentino. Aunque los datos fidedignos no son de fácil obtención sabemos que grupos de familias oriundas del Norte de Santiago del Estero, iniciaron incursiones comerciales a Salta inicialmente. Ya Rivadavia contaba con un contingente militar del Regimiento 5 de Caballería de Salta que permitía a éstos pioneros atreverse a entrar a esos “chacos”.
En ésta zona del Chaco Salteño, amparados por la protección de la avanzada militar, se establecieron allí, formando familia y acrecentando sus modestos rebaños de ganado vacuno y sus cabras. Grupos de familias, después de comprobar la abundancia de buenas pasturas, se trasladaron a territorio formoseño, estableciéndose inicialmente en proximidades del paraje Nuevo Mundo o Mundo Nuevo, sobre la margen izquierda del Río Bermejo. Otros núcleos no menos importantes se establecieron en la zona de Nuevo Pilcomayo, sobre el Río Pilcomayo, frente a lo que entonces era territorio boliviano.
Estas referencias exponen los acontecimientos, recibidos del aporte documental y de la tradición oral, con el fin único y manifiesto de llevar al conocimiento general, el sacrificio, las penurias y la decisión firme de poblar territorios vírgenes en los que vislumbraban un futuro mejor, éstos “chaqueños”, éstos “criollos” que iniciaron el poblamiento del Oeste Formoseño.
Ellos llevaban su cultura, sus tradiciones, su vestimenta, su lenguaje, sus comidas, sus fiestas…En fin, eran portadores de algo mas que vacas, chivos y caballos.
Ya hemos entregado una primera nota sobre la colonización de Domingo Astrada, autorizado por decreto del Superior Gobierno de la Nación Argentina, en la zona de Buena Ventura. Ya continuaremos y completaremos ésta empresa.
Hemos integrado unos relatos de militares expedicionarios en los primeros años del Siglo XX y de pobladores que, niños y adolescentes aún, fueron testigos directos de éstos acontecimientos.
1911 fue un año de temperaturas extremadamente bajas para esas latitudes. Corría el mes de junio, las líneas de fortines desarrollaban una vigilancia permanente de aquellos parajes, cuando una niña con el vestido rotoso de transitar por sendas y caminos , procedente de la costa del Pilcomayo arribó a un caserío sobre el Río Bermejo; sin superar su estado de schock y un incontenido llanto, con voz temblorosa y con palabras entrecortadas contó el espanto que había vivido en el paraje donde hasta hacía pocos días vivía con su familia.
Una turba enardecida de indios, un malón, había llegado como un huracán destruyendo y matando hombres, mujeres y niños e incendiando las viviendas de “enchorizado” y techo de paja. Eran varias familias que tenían sus viviendas, distantes aproximadamente un kilómetro unas de otras.
Los indios chunupíes sorprendieron durante una madrugada a todos los pobladores, que sumaban casi 30 personas entre hombres, mujeres y niños, siendo alevosamente asesinados. Algunos recuerdan con horror que los niños eran azotados contra postes y horcones, escapando milagrosamente un niño y una niña que circunstancialmente se hallaban fueran de su casa.
Consumado el hecho, los chunupíes se alejaron del lugar, arreando alrededor de 1000 vacas, 600 ovejas y cabras y un número indeterminado de caballos.
El Subteniente Dardo Ferreyra, cordobés, baqueano, diestro en el manejo del caballo, querido y respetado por los pobladores, no dudó. Mientras envió un chasqui a informar a sus superiores, inmediatamente se puso en marcha con 25 soldados para perseguir a los atacantes y recuperar el producto del robo.
El Teniente 1ro Benjamín Menéndez, juzgando que no debía perder tiempo, en el lugar denominado Pozo de Fierro (Hoy zona de Laguna Yema), asiento del Comando del Regimiento 5 de Caballería y donde existía una casa de ramos generales, ordenó que los soldados cargaran vituallas para diez a quince días (azúcar, yerba, arroz, sal, cigarrillos).
Puestos en marcha, a las veinticuatro horas alcanzaron Nuevo Pilcomayo. Allí encontraron a un grupo de pobladores “criollos”, parientes de los muertos, que pusieron al Teniente 1ro Menéndez al tanto de lo acaecido. De las poblaciones y pequeñas instalaciones de las cuatro familias asesinadas solo quedaba el rastro de las depredaciones de los indios, que habían pasado a la margen opuesta del Pilcomayo con todo el ganado que pudieron reunir.
Desde allí Menéndez envió una patrulla al mando del Sargento 1ro José N. Rodriguez, para tomar contacto con militares bolivianos basados en el Fortin Esteros, decisión adoptada al cabo de una consulta a don Lucio Palomo, respetado poblador de Nuevo Mundo que con otros criollos acompañaba la comitiva militar argentina. Es justo homenaje recordar los nombres de quienes acompañaban allí a Benjamín Menéndez, aquel atardecer del 11 de junio de 1911: Subteniente Dardo Ferreyra, Sargento 1ro José N. Rodriguez, Cabo Angel Herrera, 25 soldados cuyos nombres no hemos podido obtener, don Juan Manuel Ruíz que oficiaba de comisario de policía y 15 pobladores, entre ellos los hermanos Cayetano y Arturo Argañaráz, Lucio Palomo y sus sobrinos Leonides Palomo y Marcelino Palomo. Además de los siguientes militares bolivianos que con mucha decisión quisieron integrar el contingente: 1 Teniente 1ro, 2 sargentos y 12 conscriptos del Regimiento 2 de Caballería (Tarija).
El día 14 de junio de 1911 en horas de la tarde tomaron contacto visual con el ganado y sigilosamente contabilizaron la viviendas e indios que se hallaban en la toldería. En la madrugada del día siguiente pudieron acercarse por sorpresa, haciendo que huyeran al monte espeso. Siguieron casi cinco horas de cruento intercambio de disparos pues los indios se reagruparon y contratacaron con fuego de carabinas, winchester y remington.
Los criollos mejor montados rodearon la hacienda recuperada e iniciaron el regreso con el ganado recuperado a Nuevo Pilcomayo.

martes, 24 de julio de 2007

Expedición al Pilcomayo - Fragmento

Amigos lectores:

Reproducimos un fragmento del libro "EXPEDICION AL PILCOMAYO", de Domingo Astrada, del que poseemos una fotocopia de dificil lectura.

Sucesívamente incluiremos otros pasajes de ésta obra testimonial, que nos permitirá conocer, aunquesea parcialmente, pasajes del poblamiento del oeste de la actual Provincia de Formosa.

Estos primeros pobladores -hay muchos otros además de los citados por Astrada- fueron pioneros que cabalgaron con familia, ganado, enseres, esperanza... y la decisión firme de trabajr "a destajo" en un escenario hostil, dificil, cargado de penurias.

Recordarlos es apenas un pequeño aporte al reconocimiento que les adeudamos. la hazaña que cumplieron es casi desconocida y, peor aún..., ignorada, olvidada.






Expedición al Pilcomayo – Fundación de una Colonia Pastoril



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El decreto de esta concesión dice así:
"Buenos Aires, enero 24 de 1902- Vista la solicitud de don Domingo Astrada en representación de un grupo de familias argentinas, en la que pide la formación de una colonia, de acuerdo con la ley de 2 de octubre de 1884 en el territorio de Formosa, y considerando: Que la radicación de familias al amparo de las disposiciones de la ley del Hogar fomentará el progreso de ese territorio; Que si bien el P.E. por resolución de noviembre 25 de 1901 no hizo lugar a lo solicitado por el señor Astrada, el fundamento de esa resolución fue la carencia de fondos para sufragar los gastos que demandaría la subdivisión de los lotes; Que el recurrente ha manifestado hacer por su cuenta la división del terrno y por lo tanto la creación de la colonia no demandará gasto alguno al P.E. Por estas consideraciones y atento a lo informado por la Dirección de Tierras y Colonias, El Presidente de la República,
DECRETA
Art. 1º- Destínase una extensión de 20 leguas cuadradas en el territorio de Formosa, parajes denominados “El Chorro” y “Buena Ventura” para la fundación de una colonia pastoril, de acuerdo con la ley de 2 de Octubre de 1884.
Art. 2º-El señor Domingo Astrada queda obligado a practicar por su cuenta la subdivisión provisoria de esa superficie, debiendo sujetarse para ello a las instrucciones que le expedirá la Dirección de Tierras y Colonias.
Art. 3º- Autorizase al señor Domingo Astrada para que, en representación del Poder Ejecutivo, ponga en posesión de los lotes de dicha colonia a los ciudadanos argentinos que se encuentren en las condiciones determinadas por la ley del Hogar, debiendo dar cuenta a la Dirección de Tierras y Colonias.
Art. 4º-Comuníquese, publíquese, dése al Registro Nacional y vuelva éste expediente a la Dirección de Tierras y Colonias a sus efectos . ROCA - H. Escalante – Es copia fiel del original"



Este decreto llegó a mi poder (dice Domingo Astrada en su libro “Expedición Al Pilcomayo”) el
24 de febrero, un mes después. Y este detalle para que se vea con qué prontitud fue fundada la colonia, no obstante la multiplicidad del trabajo y las diversas dificultades de otra índole que hubo que combatir y vencer como se verá más adelante, todo lo cual debe atribuirse a la decisión y buena voluntad de aquellas gentes para llevar a cabo la empresa.
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Dí aviso a los interesados del decreto del superior gobierno, y aunque las distancias no favorecían la rápida comunicación, el 31 de marzo se reunieron en número suficiente, y para dejar esa constancia de la resolución que habían uniformado, levantando el acta que a continuación transcribo:
Nos, los abajo firmados, reunidos en Resistencia, jurisdicción de la Provincia de Salta, á los treinta y un días del mes de marzo de mil novecientos dos, hemos acordado lo siguiente: Que es nuestro propósito poblar la zona acordada por el superior gobierno nacional al señor Domingo Astrada, denominada Buena Ventura; Que ésta voluntad es expontánea y lo será con nuestros bienes e intereses; Que para lograr ese objeto hay que trabajar un callejón cuya anchura sea de siete a diez metros desde éste lugar a la salida de los campos conocidos por “El Chorro”; Que hay necesidad de proceder al nombramiento de comisiones para la apertura del camino así como para explorar la parte á poblarse, quedando resuelto que serán dos comisiones para lo primero, compuesta de tres personas cada una, las que dirigirán personalmente los trabajos manejando los fondos destinados á ese objeto y comprometidos a rendir cuenta detallada de su inversión entrando en éstos gastos lo que haya que abonarse al baqueano que conducirá a la comisión exploradora. Los miembros de las comisiones camineras serán don Ascensio Moreno, don Trifón Quintana y don José León Galván para la parte comprendida entre “Suri Pintado” y los campos de “El Chorro”, y don Elías Frías, don José Ceballos y don José Santos Conchas para la parte comprendida entre “Resistencia” y “Suri Pintado”. Que nos comprometemos a contribuir proporcionalmente con nuestra cuota, ya sea en animales ó en efectivo para sufragar los gastos que se originen en estos trabajos.
Acordamos igualmente y por unanimidad, en vista de los esfuerzos hechos por el sr. Domingo Astrada en bien de estos vecindarios, reconocer a éste señor ahora y en lo sucesivo como persona dirigente de todo trabajo así como de toda iniciativa, demostrándole con esto la confianza y estima que se le tiene y lo acreedor que se ha hecho a nuestro reconocimiento. Que nos obligamos moral y materialmente a cumplir en un todo lo acordado en la presente reunión, firmando este ejemplar para mayor constancia


Petronilo Chavez Tadeo Herrera Victorino Gomez
Bartolomé Orquera Tomás Ponce Sandalio Moyano
Cirilo Aparicio Alejo Díaz Trifón Quintana
Antonio Argamonte León A. Galván Francisco Herrera
Agustín Páez Marcelino Moreno Federico Madrid
Pedro Matorras Rosario C. de Madrid Francisco Díaz
Marcelino Torres Eusebio Páez Timoteo Páez

Juan Soraire Claudio Cejas Marco Páez
Felipa R. de Velarde Gregoria S. de Conchas Manuel A. Anaquín
Félix Ceballos Mendoza Eduardo Vera y Farías Manuel A. Cejas
José M. Páez Pedro A. Pérez Pedro A. Pérez
Pantaleón Torres José Ceballos Francisco Ceballos
Juan F. Frías Elías Frías Enrique Geambonini
Eulogio Arias Ricardo Frías J. Ulises Casarini
Francisco Cabrera Eusebio Rojas Ildefonso Cejas
Aurora Rojas Esperidión Palomo José R. Albornóz
Ramón Albornóz Fanriciano Castellanos Dámaso Conchas
Nicanor Santillán Jesús Matorras Félix A. Moreno
Deogracia D. de Rojas Agustín Pinto Francisco Gutierrez
Vicente Orquera José S. Acevedo Salvador Acevedo
Dionisio Dominguez José A. Caravajal Eusebio Quintana
Guillermo A. Moreno Abertuno Caravajal Santiago Vañagasta
Sandalio Cigarán N. Bacaflor Balbina Alarcón
Audelino Salto Hermógenes Argamonte
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miércoles, 11 de julio de 2007

Memoria, respeto y admiración a nuestros mayores

Con éste primer mensaje nos presentamos a los amigos que de alguna forma lleguen al blog.
La Provincia de Formosa presenta tres zonas diferenciadas en la composición de la población, en sus usos y costumbres, en el acento y en otros elementos distintivos de cada grupo humano pionero.
El Este, en la capital provincial. Allí es claro y fuerte la impronta guaraní, de orígen paraguayo.
El Centro provincial es un área de transición y el Oeste, hasta el límite con Salta, con cabecera en Las Lomitas, es la parte del territorio donde llegaron, se establecieron y enfrentaron las adversas condiciones de supervivencia. Allí no podían confiar mas que en su propio esfuerzo pués el estado reinaba por su mas absoluta ausencia, excepto en la presencia de alguna modesta autoridad policial y militares del "Ejército de Línea".
Trataremos de difundir en ésta página todo lo que se relacione con ésta verdadera epopeya.